Ejercitando el músculo de la transformación: hacia una Cultura Ágil

¿Cómo transformarnos en organizaciones ágiles? Esa es la pregunta a la que todos estamos buscando respuesta. El tema de ser ágil en las organizaciones no es algo nuevo, siempre ha sido una aspiración, que ha tomado más relevancia en estos días porque la capacidad de reaccionar ante un entorno VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo) nos ha llevado a realmente comprender que aquella frase de que el que “pega primero pega dos veces”, es más vigente que nunca. 

No todas las organizaciones tienen la necesidad de trasformase a la misma velocidad, existen diferentes factores que inciden en el sentido de urgencia que los líderes tienen para convertir sus organizaciones en ágiles.

Entre los factores que influyen, valen la pena resaltar:

  • El nivel de urgencia financiera
  • La pérdida de mercado
  • La pérdida de clientes  
  • La capacidad de operar y sobrevivir 

En cuanto a la pandemia y su impacto en la economía y las empresas, ya es una realidad y factor conocido por todos, de ahí que lo doy por hecho y como parte intrínseca entre los retos de transformación. 

¿Cerebro y cuerpo ágiles? 

Creo firmemente que trasformar una organización tradicional a una organización ágil, se logra cuando cambiamos la manera de pensar de sus integrantes, cuando desarrollan una mente ágil. No obstante de nada vale que la organización tenga un «cerebro y mente» ágil si el «cuerpo» no la ayuda a serlo; o tener la mejor tecnología si el diseño organizacional y  el modelo operativo de la organización sigue siendo tradicional, piramidal y bajo un esquema de trabajo en silos. 

Entonces ¿qué es lo primero que debemos hacer para ser más agiles? 

Lo primero es tomar conciencia de la necesidad de cambiar, en especial los accionistas y líderes del primer nivel de la organización, sin su total  compromiso de cambio nada sucederá.

Ese compromiso debe ser visible, cambiando su conducta desde los aspectos más básicos del día a día como lo son las horas interminables de reuniones (que aunque no lo crean a pesar del trabajo a distancia siguen sucediendo) hasta temas más complejos como delegar y  dar empowerment.  

Sin duda alguna, la capacidad de los líderes de tomar decisiones oportunas y el aceptar que no siempre tienen el conocimiento, experticia o la información para afrontar situaciones que son nuevas, es un factor que impacta en la velocidad de las organizaciones.

La forma en cómo y en qué estamos utilizando el tiempo en actividades que no agregan valor, la falta de foco y la dedicación a múltiples actividades también son variables que inciden en la velocidad de la organización.

Recuerden la Ley de Pareto, el 20% de las acciones genera el 80% de los resultados, esta teoría debemos tenerla siempre presente.

Las creencias, los pensamientos, las emociones y los hábitos de acción de los líderes determinarán la capacidad para ser más o menos ágiles 

“El pastor marca la velocidad del rebaño» es una frase que resume la importancia del compromiso de los líderes en querer cambiar, “si la cabeza de una organización no cambia el cuerpo tampoco cambiará».

En muchas ocasiones cuando tengo conferencias, siempre me platean la misma pregunta , ¿es posible que los líderes de una organización tradicional que por lo general son personas de edades superiores a los 45 años puedan adaptarse al cambio que se necesita para trasformar la organización? 

Yo creo firmemente que todo ser humano tiene esa capacidad de  innovar y desarrollar una mente ágil.

Estanislao Bachrach, en su libro Ágil Mente (el cual recomiendo ampliamente) me confirmó lo que yo sabía por intuición: Nuestro cerebro es un músculo que si no lo ejercitas se atrofia. 

“No es un tema de edad, el cerebro no quiere esforzarse ni gastar energía en lo que ya conoce. Tiene patrones y estructuras de pensamiento que se van estableciendo en nuestras redes neuronales según pasan los años y se acumulan experiencias»

No estamos biológicamente destinados a ser menos creativos con la edad. La juventud nos hace más inocentes e ignorantes, lo cual nos permite aceptar ideas con mayor facilidad. Si continuamos encontrando nuevos desafíos, entonces seguiremos pensando como un joven aun con el cabello gris. 

«Cuanto más claro tengas cuál y cómo es tu desafío creativo, más efectivo serás para resolverlo.”

El entorno es una oportunidad de poner tu cerebro en acción, te reta todos los días y mientras más cambiante sea más te reta a buscar soluciones rápidas de manera creativa, de allí que muchos de los grandes descubrimientos y los avances tecnológicos han surgido de un momento de crisis, de cambios y de una gran necesidad

Todos tenemos la oportunidad de ser ágiles y creativos, lo que debemos hacer es retar a nuestros cerebro a salir de la zona de confort y desarrollar nuestro sentido de urgencia por alcanzar con celeridad lo que necesitamos lograr para avanzar en nuestras vidas.

Hacemos del cambio un lugar seguro 

Te invitamos a participar en nuestro WorkShop virtual: Transformación Cultural, hacia una Organización Ágil, el cual inicia el próximo 28 de septiembre. Conoce los detalles aquí y cualquier consulta, escríbenos a: educacion@henkaconsulting.com 

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