Vivir los Valores a través de la Cultura Corporativa

¿Qué es la cultura corporativa?

La cultura corporativa es una mezcla de psicología, actitudes, acciones y creencias que juntas crean placer o disgusto; escenarios memorables o miserables.

Una cultura fuerte comprende un conjunto de valores y normas claros que activamente orientan la manera en la que opera una organización.  En una cultura fuerte los empleados están activamente comprometidos con el negocio y operan con sentido de confianza y empowerment; en lugar de navegar los días por procesos extensos y lidiar con una burocracia que paraliza la mente.

Incomprendida y mal gestionada

La cultura, al igual que el concepto de la marca, es incomprendida y frecuentemente catalogada como un componente “sentimental” del negocio que pertenece a RRHH.  La cultura no es intangible, no es una “vibra” o parte de la decoración de la oficina. Es uno de los elementos más importantes de la organización que debe ajustarse  o impulsarse para alcanzar el éxito sustentable. No basta con tener un producto maravilloso y un balance financiero saludable. El éxito de una organización a largo plazo depende de una cultura que se mantenga viva. La cultura es el ambiente en donde la estrategia de negocio avanza o muere lentamente.

Hay que pensar en la cultura como un hábitat para cultivar el éxito. La cultura no puede ser fabricada,  sino más bien tiene que ser genuinamente cultivada por todos, desde el CEO hacia abajo. Ignorar la salud de la cultura es como dejar que el agua de un acuario se ensucie.

A continuación una serie de beneficios brinda una “cultura viva” a la organización:

  • Foco: alinea a toda la organización a alcanzar su misión, visión y metas
  • Motivación: crea una mayor motivación y lealtad de los empleados
  • Conexión: crea cohesión en los equipos de la organización
  • Espíritu: le da forma al comportamiento en el trabajo, permitiendo a la organización ser más eficiente

La cultura alimenta la marca

Una cultura viva brinda un ambiente de cooperación y colaboración para impulsar la marca. Sin una cultura relevante, el dinero invertido en investigación y desarrollo, diferenciación de  servicios, y marketing nunca es aprovechado al máximo y es frecuentemente malgastado porque los esfuerzos no están siendo sustentados en una cultura funcional.

Crear una cultura fuerte requiere trabajo y un compromiso real. A continuación, algunas consideraciones para comenzar a trabajar en este ámbito:

  1. Modelar un liderazgo dinámico y comprometido: una cultura viva es orgánica y evolutiva. Toma inspiración de un liderazgo que está activamente involucrado e informado de las realidades del negocio. A los líderes del negocio les importa genuinamente el rol de la organización en el mundo y están fuertemente comprometidos. Son excelentes comunicadores que a su vez tienen claridad en la visión, misión, valores y metas y crean un ambiente para éstos surjan.
  2. Vivir los valores: una cosa es tener los valores enmarcados en la sala de reuniones y otra tener creencias y conductas que direccionan y son modeladas día a día en la organización. Es importante que los departamentos e individuos estén motivados y sean evaluados con base en el modelo de valores. Si se quiere tener una cultura basada en valores, entonces se debe utilizar ese filtro al momento del reclutamiento del personal. Si desea que la organización asuma la cultura, hay que empoderar a la gente y asegurarse de que cada departamento entienda las expectativas que se tienen. No sólo coloque sus valores en una presentación de Power Point; deles vida a través de la gente, productos, servicios, eventos y comunicación.
  3. Tener claridad en roles y responsabilidades: las culturas fuertes empoderan a su gente, reconocen sus talentos y dan roles y responsabilidades claras a sus empleados. Es sorprendente lo básico que puede sonar esto, pero es un principio ausente en muchas organizaciones.
  4. Celebrar el éxito y el fracaso: muchas organizaciones que avanzan rápidamente olvidan frecuentemente celebrar sus victorias, las grandes y las pequeñas, y raramente tienen el tiempo o humildad de reconocer y aprender de sus fracasos. Celebra la victoria y comparte los fracasos con tu equipo.

Artículo original en: Fast Company “Culture ate strategy for lunch”

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