Cuando escribo mis reflexiones siempre me gusta ver la historia y comparar con los acontecimientos que estoy viviendo en el presente.
He tenido la suerte de vivir los últimos 20 años haciendo lo que me gusta y me apasiona lo que significa comprender el efecto de los cambios en las organizaciones y cómo estas van reaccionando.
Sin duda alguna, los factores que históricamente han influido, son la innovación tecnológica y la velocidad en que sucede, de allí que el reto más grande que tienen las organizaciones y sus integrantes es ir a la velocidad del cambio, el famoso dicho «el que pega primero pega dos veces» es cada vez más vigente; Y sino, díganselo a Uber, Airbnb y a otras tantas organizaciones que han innovado continuamente, ofreciendo al mercado nuevas experiencias soportadas en tecnología, así como también a aquellas que han desaparecido por no querer ver lo que está pasando a su alrededor.
De allí que la innovación, agilidad, velocidad y transformación; se han convertido en las palabras que más se repiten en las organizaciones.
Sin duda el entorno está motivando a que esta preocupación por lograr estas 4 capacidades en las organizaciones, está contribuyendo a sacudir internamente la inercia y a crear iniciativas estratégicas que están rompiendo esquemas y empujando a salir del estatus quo.
Ahora, ¿dónde está el mayor reto? De mi experiencia son muchos los retos que enfrentan las organizaciones para ser más ágiles y trasformase rápidamente, especialmente el día a día, el cual se apodera de las organizaciones compitiendo con los recursos y dedicación para transitar por la autopista del cambio, generando un impacto negativo cuando las prioridades y lo urgente distraen el foco en el proceso de cambio.
Transitando más de una autopista.
Una organización que inicia un proceso de transformación se enfrenta a transitar en dos autopistas: la del día a día, que sin duda es clave, ya que consiste en mantener la operación , y la autopista del cambio, a través de la cual se hará realidad la visión que se desea alcanzar de la trasformación y la que asegurará el futuro de la organización.
En muchos casos, no son sólo dos autopistas sino otras que van en paralelo, lo que genera un “tranque organizacional», las personas pierden foco, interés y no comprenden lo que es prioritario. Situación que se agudiza cuando siempre son los mismos colaboradores (imprescindibles) que por sus competencias son asignados en diversos proyectos.
Otro de los aspectos que he notado, es que debido a esta falta de organización, las decisiones que se toman en la autopista del cambio, según a cómo se toman en el día a día, impacta generando burocracias que afectan la velocidad del cambio.
Por último, un tema al que debemos prestarle atención es que la organización habla dos «idiomas», la mayoría habla el idioma que conoce y el grupo que se encuentra en la autopista del cambio habla otro idioma, lo que genera confusiones y dificultad al momento de comunicarse.
Lograr que una organización asuma el proceso de transformación y a la vez opere eficientemente, requiere de un esfuerzo adicional. A continuación algunos elementos que me permito sugerirles:
- Planifica adecuadamente el proceso de cambio y considera el dinamismo organizacional.
- Organiza adecuadamente las actividades y plan para entrar en las dos autopistas.
- Alinea a los directivos y actores clave, con la visión de transformación, lo que les permita comprender claramente el cómo moverse en ambas autopistas. «El pastor marca la velocidad del rebaño»
- Determina las cargas de trabajo y asigna a los colaboradores con las competencias para cada autopista, roles , responsabilidades y dedicación de tiempo definidos.
- Define la gobernabilidad de la autopista del cambio, bajo principios ágiles.
- Determina una estrategia de comunicación que permita crear un solo lenguaje.
- Define espacios de transferencia de conocimiento entre los colaboradores de ambas autopistas, lo que les permita ir adentrándose en la visión futura.
- Evita los «tranques» y cuellos de botella en la toma de decisión.
- Delega y da empowerment, enfócate en lo urgente e importante.
- Identifica continuamente los obstáculos que frenan el proceso de cambio.
Recuerda que no puede haber agilidad, innovación y velocidad, si los colaboradores no se desenvuelven en un entorno organizacional adecuado, para aprender y desarrollar su máximo potencial siempre con sentido de urgencia y un liderazgo consiente de su impacto en la velocidad del cambio.
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