Un poco de historia…
A menudo se tiene la percepción de que el Design Thinking es algo nuevo, sin embargo, ha sido practicado por años: monumentos, automóviles, puentes y sistemas de metro. Estos son tan sólo algunos ejemplos de productos finales de procesos de diseño.
A lo largo de la historia, los diseñadores han aplicado procesos centrados en el humano para crear soluciones efectivas y que aporten valor al día a día del cliente final. Los grandes innovadores se han enfocado en entender el significado que sus productos dan a la vida y necesidades del consumidor final.
El diseño en el mundo de los negocios
Históricamente el diseño ha estado en el mundo de los negocios, aplicado y limitado a dar el toque estético a los productos. Pero ¿qué hay de malo con este enfoque?
Muchas veces, las organizaciones fallan en entender las necesidades de sus clientes. En consecuencia, muchos negocios han optado por generar soluciones creativas e innovadoras a través de esta metodología de trabajo, para conectar con las emociones, necesidades y anhelos de sus clientes.
Definitivamente, el enfoque del diseño centrado en el ser humano ha sido un diferenciador clave: las compañías que lo han usado de esta manera, han percibido los beneficios monetarios de crear productos moldeados a las necesidades humanas.
Con el objetivo de lograr que este enfoque centrado en el humano fuera adoptado por grandes organizaciones, se necesitaba estandarizarlo. De aquí nace el Design Thinking, un marco de trabajo formal, con el objetivo de aplicar el proceso creativo de diseño a problemas tradicionales de los negocios.
Design Thinking: enfocado en el usuario
Pero, exactamente ¿qué es y cómo se implementa? El Design Thinking es una ideología soportada por un proceso de acompañamiento:
La ideología del Design Thinking afirma que un enfoque práctico y centrado en el usuario para resolver problemas, puede llevar a la innovación, y la innovación puede llevar a la diferenciación y a la ventaja competitiva. Este enfoque práctico y centrado en el usuario es definido por el proceso de Design Thinking y comprende 6 distintas fase para su implementación.
¿Cómo implementarlo? 6 pasos
El marco de trabajo del Design Thinking sigue un flujo basado en: entender, explorar y materializar; los cuales se resumen en 6 fases: empatizar, definir, idear, prototipo, probar e implementar.
- Empatizar: Investigación de conducta a fin de desarrollar conocimiento acerca de lo que tus clientes hacen, dicen, piensan y sienten. En esta fase conversas con una muestra de usuarios y observas directamente qué hacen, qué piensan y qué quieren; haciéndote preguntas como: “¿qué los motiva o desalienta?” La meta es reunir suficientes observaciones para que puedas realmente empezar a empatizar con tus usuarios y sus perspectivas.
- Definir: Combina toda tu investigación y observaciones en donde los problemas de tus usuarios existen. Al identificar las necesidades de tus usuarios, empieza a destacar las oportunidades para innovar. En esta fase, usa la data del punto anterior para realizar el análisis y organiza todas tus observaciones y empieza a visualizar las diferencias entre las experiencias actuales de tus usuarios. ¿Hay un punto de dolor en común en los diferentes usuarios? Identifica esas necesidades no satisfechas.
- Idear: Realiza una sesión de brainstorming con una gama de ideas locas y creativas que den solución a esas necesidades no satisfechas de tus usuarios, identificadas en la fase anterior. Date a ti y a tu equipo la completa libertad de generar ideas, sin importar qué tan descabelladas sean. Aquí, la cantidad supera a la calidad.
- Prototipo: Construye representaciones reales y tácticas para un subconjunto de tus ideas y las de tu equipo. El objetivo de esta fase es entender cuáles componentes de tus ideas funcionan y cuáles no. En esta fase pones en la balanza el impacto versus la factibilidad de tus ideas, a través de la retroalimentación en tus prototipos. Con base en este feedback ve cambiando tus ideas y crea el prototipo nuevamente. Luego, compártela con otro grupo de personas.
- Probar: Regresa a conversar con tus usuarios para recibir su retroalimentación. Pregúntate: “¿esta solución satisface las necesidades de mis clientes?” y “¿ha mejorado la forma en que ellos sienten, piensan o realizan sus tareas?” Pon tu prototipo frente a consumidores reales y verifica que alcance tus metas.
- Implementar: Pon tu visión en acción. Asegura que tu solución se materialice y llegue a las vidas de tus usuarios finales. Esta es la parte más importante del Design Thinking y sin embargo es la más olvidada. A pesar del gran impacto que el Design Thinking pueda tener en las organizaciones, este sólo lleva a la innovación en tanto la visión sea ejecutada. El éxito del Design Thinking está en la habilidad de transformar un aspecto de la vida del usuario final. Estos 6 pasos para implementarlo, es crucial.
El Design Thinking no te libra del proceso de diseño en sí. En palabras de Milton Glaser: “…Es acerca de tomar una idea en tu cabeza y transformarla en algo real. Y eso siempre será un proceso largo y complejo. Si lo estás haciendo de la manera correcta, se sentirá como parte del trabajo»
Publicado originalmente por Sarah Gibbons
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