¿De qué habla tu equipo de trabajo?

Hay un  refrán que reza: «¿Dime de qué hablas  y te diré cómo eres?» Así son también los equipos de trabajo. Si las conversaciones giran alrededor de sus problemas, debilidades y carencias, entonces, la energía se enfocará en la corrección de esas debilidades y en el restablecimiento de equilibrios; corriendo el riesgo de obsesionarse con las dificultades y dejar de lado las oportunidades.

¿Qué sucede cuando se opta por el camino contrario?

Lamentablemente, en algunos equipos y organizaciones sus líderes se concentran en señalar defectos, en criticar la escasez de recursos y en externar lamentos. Consecuentemente, se generan actitudes defensivas en el interior de estos equipos, pues todos saben que en cualquier momento les achacarán errores. Incluso, hay relaciones que se afectan porque se inculpan unos a otros.  Los diálogos en una organización así son tensos, quejumbrosos y contagiados de amargura, mal humor y negativismo. Esos líderes en ella lucen emocionalmente desgastados debido a la constante frustración que experimentan, al reparar únicamente en los defectos de todo y de todos.

Si las conversaciones, en cambio, se encauzan hacia una visión optimista del futuro, la maximización de las cualidades actuales y el uso inteligente de los factores positivos que ya se poseen para potenciarlos, la atmósfera de trabajo se impregnará de optimismo, sin perder la sensatez. Esta modalidad conocida como «indagación apreciativa» procura el conocimiento cada vez más profundo del potencial de sí mismo, del equipo y de la organización.

Indagar es adoptar una actitud exploratoria de capacidades y posibilidades, descubrir talentos y recursos de valor, estudiar a fondo lo que  está bien para  mejorarlo. Es poseer la avidez que tienen los niños  por aprender, pues nunca cesan de preguntar los porqués y los para qués.

La indagación apreciativa se refiere a valorar positivamente en el equipo de trabajo atributos como: habilidades, prácticas, tradiciones, conocimientos, relaciones internas y externas, innovaciones, recursos, prestigio y experiencias, entre otros. La conversación interna gira en torno a competencias distintivas, posibilidades visionarias y tendencias aprovechables para crear algo innovador y difícil de imitar.

En la indagación apreciativa, el tema es siempre el futuro, el anhelo, lo favorable. No se trata de olvidar las debilidades, pero se parte del principio de que, al potenciar las fortalezas, la dinámica del equipo crece, la integración se acrecienta, los talentos se complementan y toda situación se analiza mediante preguntas inteligentes, orientadas a cambios positivos.

Siempre tenemos dos caminos: ver lo negativo y caer en un círculo vicioso o ver el lado positivo de quienes nos rodean y sobre eso construir relaciones positivas a largo plazo.

Preguntémonos de qué y de quiénes hablamos diariamente con los compañeros, clientes y familia, qué reflejamos con nuestras actitudes. ¿Tenemos más pensamientos negativos que positivos?

Es fácil caer en las emociones negativas y destructivas y más aún cuando lo que nos rodea favorece ese pensamiento. Es fácil achacar a otros lo malo que sucede en nuestras vidas y ver en los otros solo debilidades y no tener una comunicación transparente con esa persona.

Los invitamos a hacer la prueba y tratar de impactar positivamente a una persona con actitudes negativas y convertirla en una persona positiva. El sentimiento es maravilloso.

Fuentes consultadas: http://germanretana.com/

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