Sorpresivamente los nombres de los proyectos tienen un efecto poderoso en el éxito de los mismos. El nombre de un proyecto envía señales importantes acerca de su naturaleza y lo que se debería alcanzar con su implementación.
Con frecuencia, los nombres suelen basarse en el nombre de la aplicación tecnológica, un producto o categoría de software; dejando de lado nombres que reflejen el valor o propósito del proyecto en la organización.
Algunas veces los CIO’s olvidan este punto, incluso cuando conocen los resultados esperados del proyecto y traen consigo beneficios significativos para la organización y sus trabajadores.
No nombres el proyecto por el modelo de taladro.
El año pasado un CIO, explicaba que sería el sponsor de una implementación de SAP de gran alcance.
«¿Cómo se llama el proyecto?» le preguntaron
“Proyecto SAP” – respondió
«¿Qué esperan alcanzar con este proyecto?»
«Bueno,» dijo el CIO, » uno de los principales beneficios esperados es duplicar los márgenes de ingresos de la compañía»
¡Qué buena oportunidad habían perdido! Seguramente el nombre “Proyecto Duplica Los Ingresos” despertaría mayor interés y curiosidad en la organización que el nombre “Proyecto SAP”
En Black & Decker suelen decir, “el cliente compra un taladro, pero lo que realmente quiere es un agujero”. La lección es sencilla, en cualquier oportunidad valiosa de comunicación, enfócate en el resultado y no en las herramientas. No nombres al proyecto por el modelo de taladro.
Consejos de Gartner.
Nunca llames a un proyecto por una marca de IT (por ejemplo, Proyecto Oracle, SAP o Microsoft) o incluso peor, un producto particular de tecnología (por ejemplo, SAP v.6.0)
De igual manera, evita nombrar proyectos de acuerdo con las categorías del software (por ejemplo, Proyecto ERP o proyecto CRM), lo cual para cualquier persona fuera de los confines de IT no significa algo más que una serie de funcionalidades genéricas que no agregan valor a su trabajo. También se deben evitar nombres demasiado sofisticados como por ejemplo, Fénix, Hermes o Unicornio. Los nombres simbólicos solo funcionan si las analogías son comprendidas por todos.
El mejor nombre para un proyecto es una declaración corta de su oferta de valor para la organización, como por ejemplo “Una sola cara al cliente”. Nombres de esta naturaleza recuerdan a todos los involucrados e impactados por el proyectos los resultados esperados y por qué vale la pena cambiar.
Un nombre de proyecto que no se refiera a los objetivos de negocio le dice a los trabajadores que el proyecto es de IT, no del negocio. Cuando se percibe que un proyecto es meramente de tecnología, la tendencia natural para será responsabilizar al equipo de IT de los resultados y no asumirlo como responsabilidad propia.
Las consecuencias de esto pudieran incluir falta de apoyo fuera de IT, retrasos e incluso el fracaso.
Fuente: IT News for Australian Business