¿Cómo mejorar las relaciones en el trabajo?

Saber escuchar

La palabra está asociada a la audición: si sabemos escuchar,  sabemos hablar, porque si hablamos sin escuchar, no somos receptivos al otro, solo a nosotros mismos.

Nuestra naturaleza humana es bastante variada. Entendemos lo que queremos, vemos lo que queremos, escuchamos lo que queremos; es como si muchas veces tuviéramos un velo en nosotros que nos llevara a ese patrón y de forma inconsciente aunque digamos lo que digamos; hacemos lo que queremos.

En nuestra cultura constantemente escuchamos “todos somos hermanos, somos uno”.  ¿Qué tan arraigado tenemos en nuestros corazones, en nuestros pensamientos, esta realidad? Ser uno significa unidad, integración, consolidación.  El ser uno,  nos debería, por lógica, invitar a tratarnos como hermanos, con amor a mantener en nosotros la armonía.  ¿Qué hacemos a cambio? Somos desintegrados, somos individualistas, nos tratamos con desamor.

¿Qué puedo hacer yo para el bienestar de todos?

Creo que como tratemos a nuestro compañero, seremos tratados nosotros. Ser conscientes de esta frase que por siglos nos ha acompañado, la podemos empezar a aplicar en nuestros círculos diarios: nuestro hogar, nuestro trabajo. Muchas veces invertimos horas valiosas del almuerzo, de una reunión, en hablar  de lo mal que una persona del trabajo nos cae, y en planear situaciones para ponerla en evidencia.  ¿Para qué hacemos esto?, ¿Por qué?  Si todo somos uno,  ¿qué pudiera hacer realmente yo, como ser humano desde el amor,  para generar la armonía en ese ambiente de trabajo? Si nuestro objetivo último es ser felices, ser armoniosos y vivir en alegría y paz,  ¿para qué cargarnos con todo lo contrario? Qué pasa si invocamos a nuestra fuerza a actuar desde la comunicación.  A hablar y a escuchar al otro y a compartir al otro nuestro malestar y llegar así a darnos cuenta de lo que realmente está sucediendo y de esta manera interferir en el bienestar del grupo.  Probablemente para unos será fácil hacerlo  y a otros les cueste más tiempo; solo recordemos que en nosotros esta un poder infinito, una fuente de creación que es la palabra.

La felicidad es un prioridad

Vivimos tan ocupados, que muchas veces dejamos lo verdaderamente importante para después. La felicidad y la armonía la vivimos en la medida que manifestamos nuestro poder creador, respetando las leyes universales. Es así como nos conectamos con nuestra alma.

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