Brasil 2014: Lecciones en Gestión de Proyectos y Transformaciones

La Copa Mundial de Fútbol de la FIFA se ha convertido en uno de los eventos internacionales más destacados de las últimas décadas. Denominado por muchos como el mayor evento deportivo del planeta, las cifras más bajas de las que se puede hablar respecto al mundial concierne a la cantidad de selecciones participantes. Cuando se tiene como referencia el torneo anterior disputado en Sudáfrica, los estudios realizados por la FIFA establecen que más de 3200 millones de personas sintonizaron una transmisión en vivo, por al menos un minuto. Y el Director de la División de Televisión de la FIFA estima que superarán estos resultados en Brasil 2014. mientras que en términos de turismo, se estima que asistirán más de 600.000 personas únicamente para ver los partidos de fútbol.

Sin embargo, lo que ha marcado la diferencia respecto a Brasil 2014 ha sido la polémica respecto a los costos relacionados, lo cual lo ubican como el mundial más caro de la historia. En torno a esta polémica, se han generado conflictos sociales de diferente intensidad con varios factores de la sociedad organizada. A manera de ejemplo, la Policía Federal de Brasil recibió un aumento salarial hace pocos días por decreto presidencial, lo cual puede detener este cuerpo de seguridad de cumplir con una amenaza de huelga general durante el mundial, a diferencia de las policías regionales que sostienen su descontento y las amenazas.  En general, distintos grupos de manifestantes han protestado contra el enorme gasto realizado, que se estima por encima a los 10 millardos de dólares, en un país con severas carencias en materia de salud pública, educación y transporte, entre otros.

Sería impreciso juzgar la organización de un mundial de fútbol como un sólo proyecto, cuando en realidad es la coordinación de diferentes portafolios de proyectos de gran envergadura que deberían haberse alineado de manera armónica para lograr el éxito. Sin embargo, las lecciones que nos deja la organización del mundial de Brasil 2014 son fácilmente escalables a los proyectos que se manejan en las organizaciones con cada vez mayor frecuencia:

1.Un cronograma ambicioso nunca debe ser el “ideal”: 

es común referirse a lo adecuado como lo “ideal”, sólo para decir de manera velada que nunca se hará realidad. A pesar de que Grecia pasó por una experiencia similar en la organización de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, con severos retrasos y enormes desviaciones presupuestarias, el caso de Brasil 2014 supera por mucho los errores conocidos hasta el momento en esta materia. A pocos días de la ceremonia inaugural, aún faltan sillas en varios estadios y en tono cínico, algunos medios afirman que la pintura de los estadios estará aún húmeda durante los primeros partidos.

Para la práctica de proyectos, es imposible ser estricto con un cronograma de ejecución que no es asumido como algo concreto, plausible y realista por quienes lo dirigen y ejecutan. La pregunta fundamental es, entonces, si el cronograma formulado es el adecuado, el “ideal” o el óptimo. Para que una planificación sea ejecutable no tiene por qué ser cómoda, pero sin duda alguna, debe ser realista. Un excesivo optimismo es uno de los precedentes mejor conocidos de un fracaso anticipado.

2. Un proyecto visible, es una vitrina sin exclusividades: 

un factor extremadamente subestimado fue el hecho de que la extraordinaria visibilidad del evento era una oportunidad para diferentes grupos de hacer escuchar su voz. En el caso de los proyectos, este error es mucho más común de lo que debería ser. Si se ignoran los puntos de vista de los grupos de interés, tarde o temprano tomarán medidas para ser escuchados que costarán mucho más esfuerzo, tiempo y dinero que las consideraciones planificadas que pudieran asumirse desde el inicio.

3. Es más fácil sobreestimar las fuerzas a favor del proyecto, que las fuerzas en contra:

el nivel de rechazo local contra el mundial en Brasil 2014, ha llegado al 72%, en un país donde hasta hace poco se proclamaba el fútbol como una religión más dentro del crisol cultural del país sudamericano. Las hipótesis respecto a este fenómeno abundan y han tomado, en algunos casos, matices conspirativos.

En términos concretos, resulta evidente que los errores administrativos durante la gestión de proyectos no se reducen al plano financiero. Cuando se gestiona un proyecto, es fundamental tomar en cuenta cuáles son los grupos interesados, cuáles son los resultados qué estos grupos esperan del proyecto y cuáles son los sacrificios que están dispuestos a hacer en función del mismo. Quedarse únicamente con la perspectiva de quiénes dirigen la iniciativa es sumamente peligroso y pueden llevar a los proyectos por caminos espinados.

Sin duda, podríamos reflexionar mucho más al respecto, pero estas tres lecciones que nos deja Brasil 2014 son fundamentales.

En el caso de proyectos que no cuentan con la presencia de superestrellas como Messi, Ronaldo y Neymar, son mucho más críticas que para los organizadores de Brasil 2014, cuyos principales líderes, Rousseff y Blatter, se han abstenido de pronunciar discursos durante la apertura del mundial para evitar abucheos masivos, como los sufridos en la apertura de la Copa Confederaciones 2013.

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