En consultoría manejamos un esquema de mejores prácticas y metodologías que nos permiten identificar y solucionar problemas con un marco general. Adicional a esto, es necesario cumplir con un ciclo flexible de investigación que nos permita mantenernos actualizados, comprender la realidad del cliente y mejorar nuestras prácticas progresivamente.
Con la experiencia, me he dado cuenta de que los profesionales y líderes en las organizaciones en general pueden beneficiarse también de algunas de estas prácticas de investigación, ya que permite resolver dudas, fortalecer propuestas para iniciativas de interés y es la base para fortalecer una cultura de innovación permanente.
En el mundo profesional nadie lo sabe todo, pero es muy importante conseguir información de calidad en muy poco tiempo.
Para ello, podemos dividir la investigación en tres partes, la búsqueda de información, la evaluación de la calidad de la información y la aplicación de la información nueva.
1. La búsqueda de información
Cuando nos aproximamos a un tema nuevo, lo primero que debemos hacer es familiarizarnos con el vocabulario del área de experticia, tanto en español como en inglés. Esto nos permitirá tener acceso a información básica para poder establecer parámetros de búsqueda más concretos y relevantes, en función de la información que podríamos conseguir pensando en términos más ingenuos y abstractos.
Por ejemplo, ¿cómo podríamos buscar información si quisiéramos saber más acerca de tendencias en gestión de cambio?
Inicialmente, lo más adecuado es realizar varias búsquedas exploratorias que nos permitan conocer a los autores y libros más influyentes, los términos en boga, libros de reciente publicación en el tema, así como artículos académicos. Para ello es recomendable introducir siempre varias palabras y no utilizar un solo motor de búsqueda. Si se utiliza el motor de búsqueda general (Google, Yahoo, Bing, etc.), los resultados pueden ser demasiado amplios para poder navegar efectivamente. Sin embargo, los resultados de la búsqueda deben mejorar progresivamente mientras más palabras relevantes utilicemos. Es vital complementar la exploración en motores de búsqueda general con buscadores más específicos como Google Académico, Wikipedia, Google Books y Goodreads.
La exploración no debería durar más de 5 minutos si la estamos realizando adecuadamente. En 5 minutos de exploración deberíamos poder conseguir:
- Terminología especializada
- Autores citados como expertos
- Compañías/instituciones reconocidas por la experticia en el área que buscamos
- Títulos de libros importantes
- Videos en Youtube, Vimeo y TED (entre otros) con entrevistas de autores/empresarios/personalidades acerca del tema que estamos explorando o representativos de situaciones interesantes
2. Evaluación de calidad de la información
La exploración no debe detenerse en la revisión y el análisis de cada uno de los resultados que obtenemos en la primera página. Es indispensable mantener el foco y no dejarse distraer por la enorme cantidad de información disponible. En general, aunque pueda ser injusto en algunos casos, la calidad de la fuente define la calidad de las publicaciones. Es mejor evitar perder el tiempo leyendo artículos publicados en páginas con política de libre publicación.
La calidad de la información obtenida al final depende directamente de la evaluación inicial que hacemos de las fuentes. Por ello es indispensable tener claro cuáles son los tipos de publicaciones disponibles y los contenidos que pueden ofrecer cada una:
Publicaciones académicas:
Los artículos en las revistas especializadas tienen un formato y un contenido muy fácil de distinguir. Suelen presentar un resumen al inicio del artículo, cuentan con información metodológica muy bien descrita, así como un análisis de resultados sumamente técnico. Los artículos publicados en estas revistas son sometidas a un proceso de arbitraje riguroso con criterios metodológicos muy estrictos.
Revistas especializadas en Gerencia y Negocios:
Los artículos publicados en estas revistas tienen un formato mucho más dinámico que el de las publicaciones académicas. Suelen contener información de actualidad publicada por expertos reconocidos en el ámbito de los negocios. La información publicada en estas revistas es evaluada por un comité editorial cuyo objetivo es ofrecer contenido interesante, de calidad y fácilmente comprensible para ejecutivos ocupados.
Páginas de referencia:
Las páginas de referencia (Ej. Wikipedia), nos permiten tener una noción superficial de un tema o persona muy brevemente. Nos permite adquirir nociones del vocabulario y autores con facilidad. Sin embargo, no suele ofrecer contenido con suficiente profundidad o calidad en sí mismo
Contenido no arbitrado:
Los blogs personales y las páginas de contenido de libre publicación dependen en gran medida de la calidad individual de sus autores, los cuales no siempre ofrecen ideas originales. En muchos casos, las páginas individuales se copian entre sí y es difícil establecer quién propuso la idea. Igualmente, la validez de los conceptos y de las afirmaciones es difícil de examinar en función de la falta de claridad metodológica. Por ello, en general, estas páginas se convierten en distracciones que pueden hacernos perder tiempo valioso y es mejor evitarlas.
3. Aplicación de información nueva
Si la búsqueda de información que iniciamos está orientada a resolver un problema concreto, la aplicación de los nuevos conceptos y prácticas identificadas en la búsqueda es bastante sencilla. El principal reto para aplicar los hallazgos de la investigación es la pertinencia y la aplicabilidad dentro del alcance del proyecto o iniciativa que estemos trabajando. En mi experiencia, la mejor alternativa es discutir los hallazgos con el equipo y el gerente asignado al proyecto. De esta forma, pueden obtenerse no sólo ideas adicionales de cómo poner en práctica las nuevas ideas, sino también una comprensión clara de cómo nuestra propuesta se puede ajustar al alcance del proyecto y las expectativas del cliente.
En los casos que la investigación no tenga aplicaciones prácticas inmediatas, no debe haber ningún problema. Archiva los documentos que hayas podido obtener, resguarda tus notas mediante alguna aplicación que te permita ubicarlas con facilidad y te sirvan para otras investigaciones. El conocimiento nunca sobra, pero la organización y el control de calidad que hagamos de la información es fundamental para que podamos transformarla en conocimiento útil.