Flexibilidad vs. Disciplina (y otras confusiones)

“Todos tienen un plan hasta que les dan un puñetazo en la boca” Mike Tyson

Es muy común en nuestros países iberoamericanos emitir juicios negativos respecto a la disciplina, la rigurosidad y la planificación. Como Tyson, a veces parece que pensamos que los planes son útiles sólo hasta que la incertidumbre y los eventos inesperados comunes de la vida cotidiana nos lanzan un poderoso gancho a la mandíbula.

Sin embargo, la improvisación sigue patrones mucho más rígidos si no es acompañada de una rigurosa planificación. Según cuenta la leyenda, la reconocida psicóloga social, Maritza Montero, siempre insistía sobre la necesidad de planificar cuando se realizaban proyectos con las comunidades. Tal como lo recuerdo, la frase era: ‘Planifica muy bien, para que puedas improvisar mejor’.

Esta frase vuelve a mi mente cada vez que alguien pretende justificar el desorden y la falta de planificación como si esto fuese sinónimo de flexibilidad, haciendo parecer que la gestión de proyectos es una actividad exclusiva de los países desarrollados o de entornos altamente predecibles. Por el contrario, la disciplina necesaria para ejecutar un plan con rigurosidad requiere de una enorme flexibilidad, porque todo plan es puesto en práctica con un margen de incertidumbre imposible de controlar, pero ante el cual es necesario adaptarse.

De hecho, la lógica inherente a la gestión de proyectos es lo que a nivel individual puede llamarse la destreza para solucionar problemas, la cual ha sido ampliamente investigada por la psicología cognitiva y relacionada con lo que solemos llamar inteligencia. Esta peculiar habilidad que nos diferencia de otros seres vivos, nos ha permitido alcanzar colectivamente logros impresionantes, tanto a nivel material como social. En este sentido, la disciplina para poder cumplir con los objetivos de un proyecto, implican la mezcla de creatividad, imaginación, resolución de problemas y determinación que son dictaminadas por un entorno social, económico, político y regulatorio cada vez más dinámico a nivel local y global.

En conclusión, prescindir de un plan, es acelerar la llegada del primer puñetazo en la boca y, lo que es peor, tener mucha menos capacidad de levantarse después de caer.

Fuente: Blog Organizaciones Inteligentes

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